Actualmente, en las provincias del NOA los cultivos de trigo y garbanzo están en etapas de maduración y seguramente en pocos días comenzaría la trilla de estos cultivos, que arrancaron en general bien con algo de humedad, pero que actualmente enfrentan esta etapa con una falta de humedad preocupante.
Esto, seguramente, afectará los rendimientos esperados y, después de la trilla, los suelos estarán listos para recibir las lluvias que deben llegar y así iniciar los procesos de la siembra gruesa que se avecina.
En lo referente a esta nueva campaña en la que mayoritariamente se siembra soja y maíz, diversas entidades relacionadas al campo afirman que se estima un aumento en la siembra del cereal estival, lo que podría ser la segunda mayor siembra de la historia, por detrás de las 7,7 millones de hectáreas de 2021-22 que se dieron en el cultivo de maíz.
Los resultados del XXIII Taller de híbridos de maíz organizado por la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), resumidos en esta edición de LA GACETA Rural, muestran la vital importancia que este cultivo tiene para el sistema productivo de granos del NOA.
Los productores saben que una vez liberados los suelos y que los perfiles se humedezcan, la siembra se lanza y la decisión de que sembrar en general es tomada un tiempo antes de que esto suceda.
Por suerte, el productor de granos de la región ya sabe de las bondades de usar el cultivo de maíz en su sistema productivo, ya que por las características agroclimáticas del NOA el grano es hoy un pilar fundamental. Otorga sustentabilidad en el tiempo por los beneficios que otorga, al ser usado en un sistema de rotación de cultivos y por la renta que también genera cuando el cultivo llega bien a las etapas finales de su desarrollo.
El maíz, como cultivo de rotación, presenta ventajas desde el punto de vista agronómico y empresarial, ya que le permite al productor diversificar riesgos productivos y económicos. Con una adecuada rotación de cultivos se logran diversas ventajas agronómicas: mejoras en la fertilidad física y química de los suelos; provisión de una adecuada cobertura de rastrojos, y disminución de plagas, de enfermedades y de malezas, entre otros.
Le permite al suelo rotado lograr un equilibrio químico de importancia y, al ser complementado con una fertilización que contemple las diferentes necesidades de cada cultivo, hay respuestas económicas favorables y se mantiene el potencial productivo de los suelos.
También genera bondades que le otorga a la física del suelo, ya que las raíces de los cultivos de soja y maíz que participan en la rotación del suelo exploran diferentes estratos del perfil; ello permite una colonización del suelo con raíces de diferente arquitectura.
La biología del suelo es otro de los aspectos que favorece el uso de la rotación de suelos con maíz, sobre todo, en los primeros centímetros del terreno, donde existe una intensa actividad y diversidad biológica responsable, en su mayoría, de la mineralización, de la formación y del reciclado de la materia orgánica, y de la disponibilidad de nutrientes.
Otro aspecto fundamental de la rotación es su aporte -en cantidad y en calidad- de rastrojo que se deja en los suelos. Esto sirve de sustrato del que se nutren los microorganismos, lo que equilibra sus poblaciones, como ocurre en ambientes naturales.
Por otro lado, ejerce un efecto inhibitorio sobre patógenos, plagas y malezas, que tiene que ver con la interrupción de los ciclos de vida de estos problemas.
Hay que recordar lo que el director técnico de la Eeaoc afirmó en diversas oportunidades sobre la importancia de rotar cultivos, ya que, al modificar anualmente el ambiente, las diferentes plagas y enfermedades que se presentan no encuentran un nicho estable que permita un aumento importante de su densidad poblacional. A raíz de ello se recomienda complementar con la rotación la mezcla de principios activos de diferente mecanismo de acción, tanto en herbicidas como en insecticidas.
La rotación se debe realizar con el soporte técnico necesario para que se ajuste a la realidad climática y productiva de cada zona, para lograr que los beneficios buscados sean reales a cada situación.
Rotar cultivos produce efectos favorables en el sistema, proporcionando mayor estabilidad de producción, aumento de la capacidad productiva del suelo y el consecuente aumento de la rentabilidad en el sistema agrícola.
Hoy, Tucumán y las otras provincias del NOA tienen excelentes ejemplos del éxito de rotar cultivos adecuadamente, donde el maíz es parte obligatoria de dicha acción y todas las investigaciones agropecuarias lo demuestran. Por ello, a la hora de analizar cómo plantear la próxima siembra gruesa hay que tener en cuenta lo fundamental de usar al maíz en una rotación de cultivo técnicamente adecuada a cada situación.